659. La alegría que debes tener no es esa
que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que
procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro
Padre-Dios.
Tenemos que vivir una alegría más allá de la que podemos
obtener momentáneamente, por las circunstancias que vivimos o podríamos
encontrar. Nuestra alegría debe ser aquella que se note en una confianza plena
que todo saldrá bien a pesar de las contrariedades por saber nos hijos de Dios.
Como Padre nuestro nos cuida siempre, por lo que debemos
de abandonarnos en sus brazos con totalidad, sabiendo que lo duro de la vida
pasará, pues son pequeñas pruebas que nos pone para superarnos siempre. El amor
de Dios es infinito, lo cual debe de llevarnos a dejarnos llevar por cada
instante en la alegría de lo que vendrá a continuación, siempre con esa
esperanza en su misericordia.
La alegría de los cristianos se demuestra así, siempre
con totalidad confianza en Dios, que es nuestro Padre y se preocupa por
nosotros, por nuestra seguridad y bienestar. Una esperanza de llegar siempre al
final a verle cara a cara en su majestuosa presencia. Siempre con medios
humanos y sobrenaturales para llegar a este estado que nos pide para ser
felices.
Alex Arriaga