domingo, 27 de noviembre de 2011

LA GLORIA DE DIOS

780. “Deo omnis gloria”. –Para Dios toda la gloria. –Es una confesión categórica de nuestra nada. Él, Jesús, lo es todo. Nosotros, sin Él, nada valemos: nada.
Nuestra vanagloria sería eso: gloria vana; sería un robo sacrílego; el “yo” no debe aparecer en ninguna parte.



La vida, la naturaleza, el todo, se lo debemos a Dios omnipotente que hizo su creación a su sabia decisión. Por ello, a Él le debemos desde nuestro nacimiento hasta nuestra misma existencia. No debemos dar gloria más que a Dios mismo que habita en tres personas de su Divina Trinidad.

No podemos glorificarnos a nosotros mismos de algo que no podríamos haber hecho sin su presencia y su bondad. Debemos de otorgar a Jesús, que sin Él nuestra existencia no vale nada, toda la gloria que podamos reproducir, pues sería egoísta pensar que hacemos las cosas por nuestra causa y no por la de un ser omnipotente que nos otorgó la vida misma y nos ha dado toda capacidad de ser y de hacer.

Seamos sensatos con nuestra alabanza y nuestro dar gloria a Dios, en donde no exista nuestra presencia sino la de Él mismo en el todo. No caigamos en la vanagloria que no tiene sentido ni validez, otorguemos toda la que se pueda dar al que se le debe toda presencia y todo existir en el universo.

Alex Arriaga

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA VOLUNTAD DE DIOS

755. De que tú y yo nos portemos como Dios quiere –no lo olvides- dependen muchas cosas grandes.


La voluntad de Dios es grande ante tantas cosas que se nos advierten en el mundo. Él nos ha otorgado sus leyes a las personas para encontrar la felicidad. No son cosas que nos limitan, sino que nos invitan a fundirnos en la felicidad que nos puedan otorgar.

Debemos sacrificar tantas cosas que a veces nos parecerán difíciles, pero al final la voluntad de Dios nos dará frutos enormes en la vida eterna. Darle el tiempo que nos pida, ayudar al necesitado, al huérfano, al desvalido, a todo ser que podamos dar algo de nosotros mismos. Por ello, debemos de portarnos como nuestro Padre pide, pues es algo que nos dará gozo eterno.

Depende de nuestra actitud, de nuestra fortaleza y nuestra disposición que otorguemos hacia nuestro Padre de que podamos hacer lo que quiere de nosotros. Seamos fieles a lo que se nos pide y demos con amor lo que se nos ha implorado para el bien de los demás y de nosotros mismos.

Alex Arriaga

jueves, 10 de noviembre de 2011

POSTRIMERIAS

735. Si eres apóstol, la muerte será para ti una buena amiga que te facilita el camino.


Ser apóstol quiere decir entregar la vida a Dios para hacer lo que sea su voluntad. Por ello, debemos de estar dispuestos a darnos enteros e íntegramente a su llamado en cualquier momento, para poder así obtener el gozo en la eternidad.

La vida es tan corta que a veces no vemos lo que significa la eternidad en contra de los tantos años que podamos vivir. Pues si se viven a un lado de Cristo movidos por su palabra y propagando sus enseñanzas, la muerte vendrá en nosotros para lograr alcanzar un poco antes ese periodo de infinita misericordia de Dios mismo en la eternidad.

Vivamos siendo apóstoles de Jesucristo, dando todo lo que sea a nuestra disposición para la expansión de su reino en la tierra. Para así poder llegar con esperanza del corazón a su seno, donde nos aguarda con trompetas de alegría por haber obrado conforme a su voluntad.

Alex Arriaga

martes, 1 de noviembre de 2011

LUCHA INTERIOR

708. El mundo, el demonio y la carne son unos aventureros que, aprovechándose de la debilidad del salvaje que llevas dentro, quieren que, a cambio del pobre espejuelo del placer –que nada vale-, les entregues el oro fino y las perlas y los brillantes y rubíes empapados en la sangre viva y redentora de tu Dios, que son el precio y el tesoro de tu eternidad.


El mundo está lleno de tantas cosas que el demonio utiliza para poder aprovecharse de la debilidad que sufrimos en todo momento ante todas sus asechanzas. La carne no puede resistirse muchas veces ante las tentaciones de todo placer que se nos impone en un espejo que creemos mejor para nosotros en el mero momento, pero momentáneo ante los ojos de Dios.

Sólo es cuestión de que les entreguemos aquella gracia que está cubierta de oro fino, perlas y rubíes de la sangre de tu Dios, aquella que nos hace sus hijos ante su gran inmensidad y omnipotencia. Por ello, como para un ladrón, tiende a engañarnos con las estrategias tentadoras para nuestra vida que creen vale poco, por nuestra valía ante Dios mismo. Quitándonos aquél tesoro que hemos obtenido con esfuerzo y dedicación, para con su envidia sopesarnos de aquello y poder reírse de nuestro caer tan fácil.

Seamos pues, fuertes ante toda asechanza de la vida, del mundo, todo lo que el demonio puede utilizar para hacernos caer en todo momento. Pues se vale de todo lo que existe y de lo que menos esperamos para poder tentarnos y seducirnos con el placer momentáneo que nos priva del gozo eterno. Luchemos con la fuerza de Dios y su gracia que nos permiten vivir plenamente.

Alex Arriaga