miércoles, 28 de diciembre de 2011

TÁCTICA

832. ¡Qué afán hay en el mundo por salirse de su sitio! -¿Qué pasaría si cada hueso, cada músculo del cuerpo humano quisiera ocupar puesto distinto del que pertenece?
No es otra la razón de malestar en el mundo. –Persevera en tu lugar, hijo mío: desde ahí ¡cuánto podrás trabajar por el reinado efectivo de Nuestro Señor!



Muchas veces se nos da por querer ocupar lugares que no nos corresponden. Sobresalir más de la cuenta y querer ocupar puestos que ya están cargados de mucha tensión. De manera que buscamos ser otros a los que no somos y no se nos ha otorgado ese lugar. Tanto que comenzamos a optar por ser una enfermedad del cuerpo del mundo.

Tratemos de esforzarnos sin avaricia en el lugar que estamos. Seguros de que podremos santificar cada acto que hagamos dentro de este marco que nos corresponde. Compremos el cielo con nuestro sudor y nuestra fuerza en cada actividad, dando lo mejor de nosotros en cualquier, por más pequeña, acción que realicemos en nuestros días.

Con ello, ayudaremos más a nuestra sociedad que tanto hace falta, que desea estar en otro lugar cuando ya ocupa otro mismo. Esto sólo nos convierte en soñadores que viven tratando de imaginar cosas mejores, cuando no ven que lo mas sublime y perfecto esta en su posición. No vivamos distraídos como lo hacen estas personas soñadoras iracundas, sino que soñemos con los pies en la tierra y esforzándonos en todo momento por nuestro trabajo que es tan importante para tantos.

Alex Arriaga

miércoles, 21 de diciembre de 2011

COSAS PEQUEÑAS

814. Un pequeño acto, hecho por Amor, ¡cuánto vale!


Muchas veces los actos pequeños suelen ser más grandes de lo que aparentan. Si nos entregamos enteramente a algo pequeño con un cargo de Amor, crece por miles de veces ante nuestro Señor. Pues es Dios quien engrandece lo humanamente insignificante a una gran santidad.

Es más difícil que lo que se haga en lo pequeño se note ante las demás personas, pero es lo que en conjunto hace que se levante un gran edificio, lo que hará que permanezca en pie y hará que dure por mucho tiempo. Sin aquellos detalles que se nos presentan, otorgaremos malos cimientos, mala decoración y un deterioro temprano.

Por ello, entreguemos nuestras manos a Dios en lo pequeño e insignificante para los demás, haciendo aquel trabajo con gran alegría y perseverancia para que pueda crecer, cimentando una semilla que crezca como un roble de virtudes, pues es en lo ordinario y pequeño en lo que se fortalecen las mismas.

Alex Arriaga

martes, 6 de diciembre de 2011

PROSELITISMO

791. Te falta “vibración”. –Esa es la causa de que arrastres a tan pocos. –Parece como si no estuvieras muy persuadido de lo que ganas al dejar por Cristo esas cosas de la tierra.
Compara: ¡el ciento por uno y la vida eterna! -¿Te parece pequeño el “negocio”?



Muchas personas hacen gran propaganda de sus negocios, libros, artículos y cualquier asociación a la que pertenecen. Pero muchas veces les falta valor para vibrar en lo que realmente importa que es la vida de Cristo. Esta es la principal causa de todas nuestras actividades, saber que al dejar las cosas por Él ganamos más de lo que podemos imaginar.

Imaginar que nuestro negocio necesita más propaganda y difusión es lo mismo que necesita Cristo hoy en día. Digámosle que tenga nuestras manos para usarlas cual suyas, nuestra boca para cantar su canción, nuestros pies para caminar el mundo y todo nuestro amor. Volvámonos misioneros de su vida y permitamos difundir en nuestras vidas predicando su amor en todos los rincones de nuestra existencia.

No hay mejor “negocio” que exista, entregar nuestras vidas que durarán por lo más cien años, por una eternidad que nunca acaba. Por ello, hay que volverse a Cristo y hacer buen proselitismo de su vida, arrastrando a todos los que podamos hacia la vida de amor. Donde falte toda esperanza y alegría, seamos puestos a disposición para hacer este trabajo que hace tanta falta y poder recurrir en su vida algo más grande.

Alex Arriaga