miércoles, 5 de febrero de 2014

HUMILDAD

591. Cuanto más me exalten, Jesús mío, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si tú me dejas.


                Imagínate una vida sin Jesucristo, es muy difícil, ¿no? Tal vez crees que tus logros son afán de solamente tu esfuerzo y tu dedicación, pero siempre hay una base en la que se fundamenta toda nuestra actividad, que es la sobrenatural. Dios nos ama, Él nos creó, por lo que debemos de dar gloria sólo para Él.

                Si quisiera podría quitarnos todo en un instante y darnos mucho más en otro tanto. Pero nos da lo justo medio para cada quién, para que con eso ayude al prójimo, para que ame más. Sin Él todo se esfuma para terminar en un nada. Déjate abrazar por sus brazos que no decepcionan a nadie si se confía enteramente, más cuando llegues al triunfo de tus objetivos, agradece y humíllate, pues no lo has logrado sin Él.


                No tratemos de pensar que hacemos las cosas por nuestra cuenta, todo es gracias a Jesús, que nos ama y nos ayuda en cada actividad, por más diminuta, siempre nos da soporte para que quepa en un gloria a Dios. No dejemos de sabernos pequeños a lado de Dios, para que todo lo que hagamos sea por amor a Él sin miramientos, sabiendo que lo mayor que logramos es lo menor para su infinita misericordia.

Alex Arriaga