546. Hijo: ¡qué bien viviste la
Comunión de los Santos, cuando me escribías: "ayer 'sentí' que pedía usted
por mí"!
Al
pedir por una persona, toda la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, se une
para poder lograr aquello que, si Dios lo permite, se nos otorga. Somos parte
de una familia en todo el mundo, todos hijos de un mismo Señor. Él nos escucha
y con su infinito amor nos da la gracia o el poder para poder salir de aquello
que nos aflige.
Pidamos
por nuestros hermanos, padres, amigos, compañeros, enemigos y conocidos, hasta
por los que ni siquiera hemos visto. Todos unidos podemos lograr lo que
queramos, pues el poder de la Comunión de los Santos es misericordioso para el
mundo. No tengamos miedo a pedir niñerías, pues Dios es un padre tan bueno que,
al vernos tan indefensos y pequeños, nos protege y da lo que necesitamos en el
momento indicado.
Vivamos
con la seguridad de que al pedir por alguien, al rezar, mortificarnos por él o
ella, a Iglesia entera intercederá ante Dios para que se pueda cumplir.
Recordemos que Dios nos espera, para escucharnos, ayudarnos, apoyarnos y
alentarnos a seguir en todo momento, sólo tenemos que buscarle en cualquier
lugar, hablarle y tratarle para que Él se alegre mucho más.
Alex Arriaga