sábado, 17 de marzo de 2012

ORACIÓN

83. La oración es el cimiento del edificio espiritual. –La oración es omnipotente.


Para cada actividad en la vida se requiere de una buena estructura en la base de cualquiera de ellas. Es por ello que debemos de empezar a cimentar cada una de nuestras acciones tantas físicas como espirituales en la oración.

Ese trato de tu a tu con Dios, el cual nos guiará en todo momento por el buen camino para poder edificar todas nuestras acciones en lo que realmente vale la pena para ser felices y es lo mejor para cada uno de nosotros. En esa charla, que debe de ser cotidiana, con Aquél que todo nos ha dado en la vida. Con esa continua oración, se formara una estructura en los cimientos, tan grande, que nada nos podrá derrumbar en ninguna circunstancia.

La oración nos da tantas cosas, entre ellas inspiraciones, propósitos y afectos que nos quiere comunicar Dios en cada día. Es en ella en donde encontraremos la paz que nos moverá a realizar lo que quiere Él mismo y comenzaremos a ver que es mejor hacer lo que quiere, que hacer lo que nosotros queremos y después escucharlo.


Alex Arriaga

miércoles, 7 de marzo de 2012

DIRECCIÓN

58. No estorbes la obra del Paráclito: únete a Cristo, para purificarte, y siente, con El, los insultos, y los salivazos, y los bofetones…, y las espinas, y el peso de la cruz…, y los hierros rompiendo tu carne, y las ansias de una muerte en el desamparo…
Y métete en el costado abierto de Nuestro Señor Jesús hasta hallar el cobijo seguro en su llagado Corazón.



No hay que portarnos con miedo a las inseguridades de nuestra vida física y social. Hay tantos momentos en los que nos puede faltar la valentía de vivir acordes a lo que nos dice el Espíritu Santo, a lo que nos llama cada día y a lo que nos hace tratar de estar en paz con Cristo.

Si nos unimos a Cristo, en su sacrificio y en nuestros ofrecimientos de cada día, cada percance y cada momento en que parezca todo perdido, podremos estar en paz. Pues será el Señor el que nos cobije en el corazón de su Hijo. Podremos estar viviendo contra el peso de cada cruz en nuestros días con la felicidad que nadie podría tener, pues en sus manos, esto es posible.

Hay que dejarnos llevar por lo que nos incita y nos lleva a querer el Paráclito, pues es el que nos guía hacia la eterna felicidad y salvación. Tal vez nos cueste mucho entender esto, pero siempre seremos guiados hacia nuestro bien y el de los demás, más hay que escuchar su voz en todo momento, para dejarnos proteger en su presencia.

Alex Arriaga

CARÁCTER

3. Gravedad. –Deja esos meneos y carantoñas de mujerzuela o de chiquillo. –Que tu porte exterior sea reflejo de paz y de orden de tu espíritu.


Muchas veces nos dejamos llevar por nuestros caprichos y todo lo que nos lleva a la pereza y desaliento. Todo lo que nos incita la sociedad a hacer, lo que nos dicen que hagamos o lo que parece que esta bien. Pero lo malo es que, muchas veces, esto nos puede alejar de Dios mismo.

Por ello es indispensable que nuestro carácter este bien formado para poder luchar contra esta gravedad que nos impulsa al suelo y tratar de nadar contracorriente en muchos momentos clave para nuestro acercamiento a nuestro Señor. Debemos de portar nuestro exterior con el mismo que se vive por dentro, con paz y orden de espíritu.

Es bueno tener que luchar contra nuestra falta de fortaleza en muchos momentos o el miedo que nos da de ir en contra de lo que nos dictan los demás. Que luchemos en contra de la gravedad que arrastra y nos impulsemos con nuestro carácter para ser mejores personas y más agradables a los ojos de Dios mismo.

Alex Arriaga