domingo, 29 de marzo de 2015

DISCRECIÓN

641. Discreción no es misterio, ni secreteo. -Es sencillamente, naturalidad.

Ser discretos no tiene nada que ver con vivir como si fuéramos unos espías, que parece viven. En otro mundo tratando de encajar sin hacerlo. La discreción tampoco tiene que ver con hablar de cosas divinas en secreto, cuchicheando. Esto genera que tomen los temas, que a veces son difíciles de tratar, como algo que no debe saberse o hablarse en voz alta.

Lo más fácil para poder ser discretos, es tomar todos los temas con naturalidad, evitando educadamente y sin alarma los que no sean de nuestro agrado. Así, las personas en nuestro entorno, verán lo fácil que es tratar cualquier tema contigo a pesar de las contrariedades o debates que puedan surgir.


Todo lo natural es mas atractivo que lo que se trata en misterio. Si las personas se les atrae a Dios de manera natural, Dios entrara a ellos de la misma manera. No tratemos de ser discretos de manera indiscreta, sino de la manera más natural posible.

Alex Arriaga

sábado, 7 de marzo de 2015

POBREZA

632. No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas.
—Por eso hay pobres que realmente son ricos. Y al revés.

Una persona rica económicamente puede ser muy pobre y una pobre muy rica. Para vivir una verdadera pobreza hay que desprendernos de todo lo material, de lo que nos rodea, de lo económico, de nosotros mismos. Si nos aferramos a lo que no vale la pena, a lo que nos separa de Dios, nos vuelve personas que sufren una pobreza espiritual extrema. Hay que entregarle a Él que nos ha dado lo que tenemos, todo lo que somos y lo que hemos obtenido.

Lo decía Aragorn en la trilogía del “Señor de los Anillos”: “Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado”. Nosotros debemos de desprendernos de lo que tenemos en momentos de necesidad, también no aferrarnos y vivir en dependencia de cada cosa que hemos obtenido en nuestra vida. Siendo personas tan pobres que no podemos separarnos de lo material.

La vida es muy corta para desperdiciarla encadenados a ella, a lo que tenemos en ella. Sino que hay que utilizar todo lo que somos y poseemos para ganarnos la vida eterna, sin querer vivir aferrados a ella. Nuestra vida, al final, vale lo que ganemos espiritualmente en retorno de nuestro amor y generosidad, no de lo que juntemos para conservar.


Alex Arriaga