632. No consiste la verdadera pobreza en no
tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre
las cosas.
—Por eso hay pobres que realmente son ricos.
Y al revés.
Una
persona rica económicamente puede ser muy pobre y una pobre muy rica. Para
vivir una verdadera pobreza hay que desprendernos de todo lo material, de lo
que nos rodea, de lo económico, de nosotros mismos. Si nos aferramos a lo que
no vale la pena, a lo que nos separa de Dios, nos vuelve personas que sufren
una pobreza espiritual extrema. Hay que entregarle a Él que nos ha dado lo que
tenemos, todo lo que somos y lo que hemos obtenido.
Lo
decía Aragorn en la trilogía del “Señor de los Anillos”: “Quien no es capaz de
desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo
encadenado”. Nosotros debemos de desprendernos de lo que tenemos en momentos de
necesidad, también no aferrarnos y vivir en dependencia de cada cosa que hemos
obtenido en nuestra vida. Siendo personas tan pobres que no podemos separarnos
de lo material.
La
vida es muy corta para desperdiciarla encadenados a ella, a lo que tenemos en
ella. Sino que hay que utilizar todo lo que somos y poseemos para ganarnos la
vida eterna, sin querer vivir aferrados a ella. Nuestra vida, al final, vale lo
que ganemos espiritualmente en retorno de nuestro amor y generosidad, no de lo
que juntemos para conservar.
Alex Arriaga
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