519. Ese grito
—"serviam!"— es voluntad de "servir" fidelísimamente, aun a
costa de la hacienda, de la honra y de la vida, a la Iglesia de Dios.
Al levantarte grita en tu
interior un “serviam!” a tu Señor. Aquel que te motive a servirle en toda tu
jornada, dentro de tus estudios, trabajo, quehacer, actividades, ejercicio,
hasta tu descanso. Que no haya en tu día nada más pensar en servir a Dios en su
Santa Iglesia, que fundó para poder hacerla crecer y acercar a todas las almas
a su misericordia divina.
Un servicio a la Iglesia de
Dios constante, que no muera al sentirnos en cada desilusión que sintamos al
estar actuando en cada paso. Seamos parte de su Iglesia al ser su voz, manos y
pies para caminar en medio del mundo para poder acercar a las almas extraviadas
a su infinita bondad, a la doctrina y amor de cada miembro de su Cuerpo
Místico.
Alex Arriaga