viernes, 24 de octubre de 2014

OBEDIENCIA

 616. Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo!

Nuestras responsabilidades son muchas, pero es más importante la que viene de lo alto, de Dios mismo. Aquella que nos viene de nuestros directores espirituales, del sacerdote, de nuestro confesor, de cualquier persona que nos guíe en esta vida espiritual. Tenemos que ser más activos, no esperar a que nos arrastren para poder actuar, sino empujarlos para que sea más efectivo, para que exista una lucha real contra el enemigo.

No olvidemos los mandatos que vienen de los superiores, como el obispo y el Santo Pontífice, que nos orientan a la labor que requiere la Iglesia en estos momentos. Por lo que hay que estar pendientes de lo que mandan y ponerlo en práctica lo antes posible. Demos una batalla real a la tentación de no hacer nada.


Obediencia inmediata, es lo que nos pide Dios. Aunque tengamos cosas por hacer, ya habrá tiempo para ello, para salvar almas, nos faltará si somos pasivos como lo hemos sido hasta hoy. No eres el único que estas en esa pasividad, pero sí eres el único que puede empezar hoy, ahora.

Alex Arriaga