616. Por esa tardanza, por esa
pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el
apostolado y cómo se goza el enemigo!
Nuestras
responsabilidades son muchas, pero es más importante la que viene de lo alto,
de Dios mismo. Aquella que nos viene de nuestros directores espirituales, del
sacerdote, de nuestro confesor, de cualquier persona que nos guíe en esta vida
espiritual. Tenemos que ser más activos, no esperar a que nos arrastren para
poder actuar, sino empujarlos para que sea más efectivo, para que exista una
lucha real contra el enemigo.
No
olvidemos los mandatos que vienen de los superiores, como el obispo y el Santo
Pontífice, que nos orientan a la labor que requiere la Iglesia en estos
momentos. Por lo que hay que estar pendientes de lo que mandan y ponerlo en
práctica lo antes posible. Demos una batalla real a la tentación de no hacer
nada.
Obediencia
inmediata, es lo que nos pide Dios. Aunque tengamos cosas por hacer, ya habrá
tiempo para ello, para salvar almas, nos faltará si somos pasivos como lo hemos
sido hasta hoy. No eres el único que estas en esa pasividad, pero sí eres el
único que puede empezar hoy, ahora.
Alex Arriaga
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